Inquietante, evocadora y perturbadora sucesión de imágenes... con el peso del vacío que nos empuja a todos como banda sonora. Lástima que la historia en papel sobre la que se ha edificado una pieza tan cuidadosamente elaborada falle. Y es que se le va un poco a Andrea Arnold la mano, hace demasiadas concesiones inexplicables y concluye con cierta lección moral que no parece corresponderes con esa genial y desnuda forma de hacer cine.
Aún así, mi enhorabuena al talento de un cineasta.
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